Queda en algunos rincones de nuestros campos más humildes, la
nobleza y la sencillez con que la gente debe brindarse amor. Lo siguiente es un
intento de retratar la libertad del romance entre jóvenes campesinos, aún no
alcanzados por los estereotipos, el materialismo y la insipidez que muchas
veces impone en nuestras ciudades la sociedad de hoy. Vivan nuestros pueblos,
sus amores y sus gentes! Por ellos brindo "Mi Amorío Campeche". ed*
"Convidé junto a tu rancho
a mis amigo pa lleva mi canto.
Temprano en la madrugá,
ante del sereno comencé a trová.
Soñé que sólo así te iba a conquitá.
Yo al laito e tu ventana
y la guitarra en la calzá,
oí que te arrimate un poco pa podé ecuchá.
Tu viejo alzó la aldaba y entreabrió la puerta.
Vi como me brechaba arrugando la cara como
betia.
Yo salté la empalizá y me pegué del techao.
¡Ah, hombre yo guapo, enamorao, cuatriboliao!
¿Tu pai no se habrá enterao
de la arepa que el otro día no comimo en tu
enrramao?
¡Aguaita! Si yo ajunté lo tizone del fogón
donde tu mai jervió plátano con tilapia.
Si yo asoplé el anafe
donde hicimo aquel chenchén.
¿Por qué no le contate?
Sólo sabe que en la rigola no encontró junto,
la ve que de nochecita volvía del conuco.
Se tiró del burro y con su machete afilao,
me persiguió buen rato y yo corrí epantao.
Pero no ha hecho falta ni triculí, ni clerén ni
pitrinche pa ta aquí parao.
Ete pueblito entero sabe que he braviao,
por la uniquita muchacha que me ha enamorao.
Vuelvo mañana en la tardecita.
Comeremo con tu mai una viejaca frita.
Apretaito en mi mula iremo a pasiá.
Cerca el parquecito te
vuelvo a chuliá".

ed*
Publicado por HOY DIGITAL: http://hoy.com.do/los-versos-campeches-de-edwin-diaz/