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sábado, 18 de enero de 2014

Diurna sonrisa de luna…

Reconocí tu suspiro cuando irrumpiste en mi lecho insomne.
Detrás dejamos las puertas abiertas
para ir por las primicias tras la noche.
Mecíanse en el vaivén de las aguas, de los hombres del océano
las humildes barcas.
Acotejaban sus redes para bogar por el sustento
anticipando el alba. 
Nos calzaba el pasto en nuestra cita temprana.
Sonreía la menor lumbrera
ante aquel paseo sublime que confortaba el alma.
Al asomo de la gran estrella
inmutó radiante su blancura plena.
Despidió la travesía nuestra, el dibujo sobre la mar atlántica
de la plateada estela de su luz sin mácula.
Diluyose la angelical expresión de su faz,
cuando se impuso el señor del día.
Desprovistos nos dejó de la guardia de su ángel,
mas, extemporánea, en nuestro auxilio con el crepúsculo, retornaría.
De las olas el bravío, a tiempo, doblegaría.
Visitadas otras tierras,
hasta el puerto de los pueblerinos, sería la fiel guía.
El mayor astro volvió a su escondite y nos dejó a solas,
bajo la claridad del rostro lunar como de cristal. 
Ella acompañó nuestro camino hasta la confiada apertura de mi portal,
 hasta el aposento callado de mi trasnoche,
hasta el amargo vacío de mis sábanas manchadas,
hasta el húmedo frío de tu almohada solitaria.

http://hoy.com.do/diurna-sonrisa-de-luna/ed*


El encanto de tu mirar, poema para un atardecer

“En tu mirada alegre he hallado mi encanto enfermizo.
Su candidez me embriaga de infancia…derriba mis fortalezas…me llena de ansias.
Irradia la luz que me mantiene perplejo,
la energía que me trastorna…
que droga mis emociones…
que me rodea como lazo el alma. 
Cual niño sueño con acariciar tus párpados…
descubrir el secreto que esconden tus ojos tras su aura…
develar el origen de la pureza que me deslumbra…
que desequilibra mis sentidos…
que me roba y devuelve la calma.
Mas ha parecido un ensueño que me niega tu distancia…
una quimera de la que yo, indigno,
no hago más que sufrir en letargia. 
Agota mi aliento el esfuerzo vano
en alcanzar esos destellos que parecen magia.
Basta un paso y mis a sentidos aliena su inercia absoluta…
su frialdad sin causas. 
La brillantez de tu mirar retoza con mi mortalidad.
Me dejó sin álito a prima vista su embrujo aparente.
Rutilante detuvo mi andar vacilante
para despestar mi rima incipiente…
mi pluma ebria… mi prosa torpe…
mi verso errante”.

http://hoy.com.do/el-encanto-de-tu-mirada-poema-para-una-tarde-de-noviembre/